28 mayo 2010

El paria de la noche rescata a Kobe y pone a Pau a un partido de la final


En menos de un minuto Ron Artest pasó de ser abroncado por sus compañeros a recibir los apasionados abrazos de los mismos. El díscolo alero de los Lakers a punto estuvo de condenar a los suyos con dos tiros precipitados que recibieron escarnio público, pero su perseverancia en una noche aciaga para él encontró recompensa en un rebote ofensivo (tras un mal lanzamiento de Kobe Bryant) y en un tiro sobre la bocina que rompió el empate y evitó que el partido se viese abocado a la prórroga.
"Metimos esa canasta gracias a Dios... y gracias a Ron", no dudo en declarar Pau Gasol al acabar el partido.
La canasta de Artest, que durante toda sufrió un continuo "run run" en la grada cada vez que agarraba el balón y que logró unos tristes números de 4 puntos (2 de 9 en tiros de campo), puso el 103-101 definitivo en el marcador, lo que supone el 3-2 en la serie y que los Lakers se ponen a un partido de coronarse campeones del Oeste y clasificarse para la final de la NBA.
Como suele ser habitual en los Lakers tuvieron el partido ganado en varias ocasiones, pero su inconsistencia en ciertas fases de la noche dieron vida a unos Suns que sustentaron su juego en un genial Steve Nash, su acierto desde la línea de tres puntos y una zona 2-3 propia de juegos municipales que se le atraganta noche tras noche a los angelinos.
Kobe tuvo un minuto Jordan
Los de Phil Jackson tardaron en meterse en el partido hasta que Kobe Bryant protagonizó uno de esos momentos que sólo los elegidos pueden realizar. Tres triples consecutivos de Kobe en menos de un minuto en el ecuador del segundo cuarto puso a los de púrpura y oro 16 arriba... ventaja que los Lakers se dejaron remontar para dar vida a unos Suns que parecían tocados.
El amigo de Sergio lanzó a Phoenix
Tras el descanso (53-45) los Lakers apretaron los dientes en defensa con, quién lo iba a decir, Vujacic elevando el nivel defensivo de los suyos para provocar 6 pérdidas de balón a unos Suns que volvieron a ponerse 15 abajo. Al igual que en el segundo cuarto los angelinos bajaron el pistón y permitieron que Steve Nash y Frye (uno de los mejores amigos de Sergio Rodríguez en la NBA) liderasen un parcial de 4-16 favorable a los suyos
Nash hizo y deshizo a su antojo
Llegó el último cuarto con los Suns en trayectoria ascendente y los Lakers atenazados por la responsabilidad. Kobe Bryant y Pau Gasol (increíble como pudo llegar hasta los 21 puntos con las pocas veces que le buscan en ataque) asumieron la responsabiliad, con la inestimable colaboración de un Derek Fisher brillante y el siempre eficiente Odom. De Bynum y Artest mejor no hablar...
En los Suns el veterano Nash hacía y deshacía a su antojo. El canadiense se percató de que las ayudas defensivas de los Lakers eran un desastre, por lo que martilleó una y otra vez a un Pau Gasol que se quedaba siempre con él en los cambios sin recibir ayuda de nadie. Esa circunstancia a punto estuvo de costarles el partido a los Lakers.
Un minuto que dio para mucho
Los Lakers tuvieron dos opciones para decidir el partido, pero no supieron aprovecharlas. En la primera dos tiros de Artest, el segundo muy precipitado, impidieron que los californianos le diesen la puntilla al rival. En la segunda, tras marrar el triple del empate Frye, Pau Gasol falló un mate... en el que los árbitros pudieron pitar falta personal.
Y llegó la jugada clave del partido. Los Suns logran el triple del empate a falta de 3 segundos para el final. La mete a tabla a la desesperada tras dos triples fallados (Nash y Richardson) y dos rebotes ofensivos. Con el marcador 101-101 todo parecía que el partido estaba predestinado para que lo decidiese Kobe, pero la estrella de los Lakers lanzó un tiro muy corto que recogió el paria de la noche, Ron Artest, para pasar de villano a héroe en un minuto.

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